Karmen Espinoza
PASO 1:
Identificación del problema
El proceso de toma
de decisiones comienza con la presencia de un problema o, más precisamente, una
discrepancia entre dos estados de cosas, el ya existente y el que se desea
alcanzar. La identificación de problemas es subjetiva. La persona que se
equivoca al elegir un problema y resuelve perfectamente ese problema inadecuado
puede obtener un rendimiento tan malo como la persona que no logra identificar
el problema adecuado y prefiere no hacer nada. La identificación de problemas
no es un paso sencillo ni insignificante en el proceso de toma de decisiones.
¿Cómo se percatan los gerentes de que existe una discrepancia? Es obvio que
para averiguarlo tienen que hacer una comparación entre el estado de cosas
actual y una norma de algún tipo. ¿Cuál es esa norma? Puede ser el rendimiento
logrado en el pasado, metas establecidas con anterioridad, o bien el
rendimiento de otras organizaciones. Una discrepancia que no está rodeada de presiones
se convierte en un problema que puede aplazarse para una facha futura. Así
pues, para que ponga en marcha el proceso de decisión, el problema debe ser
también apremiante, d modo que ejerza algún tipo de presión sobre la persona y
que lo conduzca a actuar.
PASO 2: Identificación de los criterios de decisión
Una vez que la
persona ha identificado un problema que requiere su atención, necesita
identificar los criterios de decisión importantes para resolver ese problema.
Esto significa que deben determinar lo que es pertinente para tomar una
decisión.
Independientemente
de que lo declaren explícitamente o no, todas las personas que toman decisiones
se basan en ciertos criterios que les sirven d guía. Así si la persona que toma
la decisión no selecciona una característica particular como criterio
pertinente en este segundo paso, dicho criterio se considerará improcedente.
PASO 3: Asignación de ponderaciones a los criterios
No todos los criterios mencionados en el paso anterior son igualmente importantes,
por lo cual la persona que está a cargo de tomar las decisiones debe ponderar
cada elemento a fin de asignarle la prioridad correcta en la decisión. Consiste
simplemente en conceder al criterio más importante una ponderación de 10, y a
continuación asignar las ponderaciones de todos lo demás tomando como base ese
estándar. Así en contraste con un criterio al que se le haya dado una
ponderación de 5, el factor más alto de todos tendría que ser doblemente
importante. La idea es actuar de acuerdo con sus preferencias personales para
asignar el grado de prioridad de los criterios apropiados en su decisión, y
también para indicar el grado de importancia d éstos, asignando una ponderación
a cada uno.
PASO 4: Desarrollo de alternativas
El cuarto paso
requiere que la persona que toma las decisiones elabore una lista de las
alternativas viables con las que se podría resolver el problema. En este paso
no se intenta evaluar cada una de esas alternativas, sino solamente
mencionarlas.
PASO 5: Análisis de alternativas
Después de
identificar las alternativas, la persona a cargo de tomar la decisión debe
analizar críticamente cada una de ellas. Las fortalezas y debilidades de cada
alternativa resultan evidentes cuando se comparan con los criterios y
ponderaciones establecidos en los pasos 2 y 3. Cada alternativa es evaluada en
términos de esos criterios. Algunas evaluaciones pueden realizarse de manera
relativamente objetiva. En cambio la evaluación de fiabilidad refleja sin duda
un juicio personal. La cuestión es que la mayoría de las decisiones incluyen
juicios de ese tipo.
PASO 6: Selección de una alternativa
El sexto paso es el
acto decisivo de escoger la mejor alternativa de las que aparecen en la lista y
fueron evaluadas. Hemos determinado todos los valores pertinentes para la
decisión, los ponderamos correctamente e identificamos las alternativas
viables. Ahora sólo tenemos que escoger la alternativa que produjo la
calificación más alta en el paso 5.
PASO 7: Implementación de la alternativa
Aun cuando el
proceso de selección termino en el paso anterior, todavía es posible que la
decisión fracase si no se implementa correctamente. Por lo tanto el paso 7
consiste en poner en práctica la decisión. La implementación incluye el hecho
de comunicar la decisión a las personas afectadas y lograr que se comprometan a
ponerla en práctica. Si las personas que deberán poner en práctica la decisión
participan en el proceso, las probabilidades de que apoyen con entusiasmo el
resultado serán mayores que si sólo se les ordena lo que deben hacer.
PASO 8: Evaluación de la eficacia de la decisión
El último paso del
proceso de toma de decisiones consiste en evaluar el resultado de la decisión
para ver si el problema realmente ha sido resuelto. Pero si algo saliera mal
obligarían a la persona a retroceder hasta alguno de los pasos anteriores.
Incluso es posible que tuviera que comenzar de nuevo todo el proceso de
decisión.
Karmen Espinoza